Narraremos tres historias
que distintos médicos, desde hace más de 10 años, nos contaron de como
manejaban su situación fiscal.
1.-Un médico (tecla que
su "estrategia" consistía en sólo depositar en su cuenta bancaria los
honorarios de los que sus pacientes le pedían recibo. De lo que no daba recibo,
no lo depositaba en su cuenta bancaria. De esta manera su facturación coincidía
con sus depósitos bancarios, y éstos con su contabilidad y sus declaraciones.
Como eran pocos pacientes los que le pechan recibo, eran pocos ingresos los que
declaraba y pocos impuestos los que pagaba. ¿Qué hacía con el dinero que no
depositaba en su cuenta? Lo depositaba en las cuentas bancarias personales de
su esposa y de sus hijas, quienes no estaban inscritas en el RFC. Estas cantidades
eran tan elevadas que con ellas se compraron varios inmuebles, se pagaron las universidades
de las hijas, los coches de la familia, los viajes, etc. El medico estaba
seguro que haciéndolo así jamás detectarían la evasión fiscal en que incurra.
2. Otro médico
platicaba que cuando realizaba intervenciones quirúrgicas le decía a sus
pacientes que él sólo aceptaba pagos en efectivo y que no expedia recibo
alguno, esas eran sus condiciones. Este médico realizaba, al menos, 4
operaciones a la semana, y cobraba de 525,000.00 para arriba dependiendo la
complejidad. El medico decía que así el SAT no lo detectaba. ¿Qué hacía con
esos ingresos que no declaraba? Compraba inmuebles, vehículos, pagaba sus
tarjetas de crédito, las colegiaturas de sus hijos, los depositaba en su cuenta
bancaria "personal", etc. Este médico también estaba seguro que jamás
sería descubierta la evasión fiscal en que incurría.
3. Un tercer médico, de
plano suspendió actividades ante el RFC. No sabemos si fue por decisión propia
o por recomendación de un mal contador. Pero el médico pensaba que estando en
suspensión de actividades las autoridades fiscales no se fijarían en él, aun cuando
seguía prestando sus servicios profesionales por los que obtenía importantes
ingresos que depositaba en sus cuentas bancarias "personales", y con
los que pagaba sus múltiples tarjetas de crédito, adquiría inmuebles, vehículos
de lujo, joyas, viajes, etc.
La forma de actuar de
estas tres personas coincide con la de muchos médicos a lo largo y ancho de
todo el país. Hace muchos años, esa manera de conducirse daba resultados porque
las autoridades fiscales no tenían tantas facultades, no contaban con avanzados
sistemas informáticos, no contaban con acceso a tantas bases de datos, no
hacían cruces de información, etc. Por ello, muchos médicos sentían que sabían
más de cuestiones fiscales que su propio contador.
Sin embargo, seguir
comportándose de esa forma en 2017 es sumamente peligroso. Hoy, la ley otorga
muchas atribuciones a las autoridades fiscales, la tecnología a su servicio es
muy avanzada. tienen acceso a toda la información, realizan cruces de
información en tiempo real, etc.
¿Qué conoce hoy el SAT de los médicos, y de sus familiares
a nombre de quien manejan el dinero que evaden del fisco?
• Los depósitos que
reciben en todas sus cuentas bancarias.
• Los depósitos en sus
inversiones financieras (nacionales y extranjeras).
• Todos los pagos que han
hecho a sus tarjetas de crédito
• Lo que han pagado por
la adquisición de inmuebles, aunque se escrituren en un precio menor al real.
• Lo que han pagado por
la adquisición de vehículos, aunque la factura haya salido sin RFC.
• Lo que han pagado por
la compra de boletos de avión.
• Lo que pagan de
tenencia, predial y otras contribuciones locales.
• Lo que pagan al
contratar seguros de vida, gastos médicos, auto, etc.
• Los ingresos que facturan
y los que declaran (esto l comparan contra todo lo mencionado en los puntos anteriores).
Para cerrar el círculo,
desde finales del 2016 el SAT ha estado enviando oficios a diversos Hospitales
en todo el país para solicitarles información acerca de los médicos que
atienden en dichos hospitales, en preparación de actos de comprobación
dirigidos a los médicos.
El SAT quiere saber el
nombre y R.F.C. de los médicos y anestesiólogos que han ocupado tos quirófanos,
en que fechas y horarios, cual fue el monto de los honorarios de ambos profesionistas,
y la forma de pago del servicio.
También el SAT quiere
saber el nombre y R.F.C. de los médicos que rentan consultorios en los
hospitales, cuánto pagan de renta mensual, desde cuándo inició el arrendamiento,
la forma de pago, etc.
¿Qué riesgos enfrentan
los médicos?
Con toda la información
que tiene el SAT en su poder,
puede:
• Enviar invitaciones a
quienes detecta que no están cumpliendo correctamente con sus obligaciones fiscales,
para que corrijan su situación fiscal.
• Practicar visitas
domiciliarias y revisiones de gabinete, en las que antes de iniciar ya sabe qué
irregularidades va a encontrar (discrepancia fiscal, omisión de ingresos, deducciones
falsas, etc.).
• Practicar revisiones
electrónicas, en las que señala ciertas irregularidades y sólo le da 15 días al
contribuyente para desvirtuarlas.
Como consecuencia de
estos actos, la autoridad fiscal determina adeudos fiscales que, por la mecánica
prevista en ley, pueden llegar a representar el 60% o 70% de los ingresos
omitidos. Por ejemplo, si un médico en 2015 omitió declarar $3'000,000.00, en
2017 el SAT le podría cobrar más de $1'850,000.00.
Si el médico no accede
a pagar esa cantidad, la autoridad fiscal podría formular una querella por
defraudación fiscal para presionarlo, pues ante la amenaza de ingresar a
prisión, el SAT saber que el contribuyente preferirá pagar lo que sea.
¿Cómo pueden solucionar
sus problemas fiscales los médicos?
Ya sabemos que el SAT
tiene demasiada información, que está obteniendo aún más y que pretende
utilizarla para revisar a los médicos y determinarles cuantiosos créditos
fiscales. No hay que
esperar a que eso ocurra para ver cómo se
defienden, porque será
demasiado tarde.
El médico debe acudir a
consulta con un fiscalista experto
que:
1. Le dé un diagnóstico
preciso de su situación fiscal, con pesos y centavos
2. Le diga realmente
cuáles son los peligros que enfrenta su patrimonio y su libertad, y los de sus
familiares.
3. Le ofrezca una
solución preventiva que se deberá ejecutar antes de que el médico reciba cualquier
notificación por parte del SAT (invitación o revisión).
Si el fiscalista le
dice al médico que puede permanecer así, y sólo en caso de que le llegue una
revisión fiscal, ven qué hacen ¡cuidado! Es como si el médico le dijera al paciente
que siga comiendo mal, bebiendo y fumando en exceso, que no haga ejercicio, que
no se haga análisis para ver cómo están sus niveles, en fin. que no tome precauciones,
y que si algún día le da cáncer, en ese momento ven qué hacen.
Esto debe resultar fácil
de entender para los médicos, pues al igual que en cuestiones de salud, en la
materia fiscal lo mejor es la prevención.
FUENTE:
http://defensa-fiscal.com.mx
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